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Los golpistas en el Consistorio asidonense

Como ocurrió en otros municipios de la provincia en Medina Sidonia no hubo contienda, no hizo falta ya que los golpistas controlaron la situación en poco tiempo con la ayuda de la Guardia Civil.

La Corporación Municipal legítima no opuso resistencia alguna a la entrega de la Alcaldía cuando es requerida por el Comandante de la Guardia Civil, Manuel Martínez  Pedré según el acta de entrega firmada el 19 de Julio en las Casas Consistoriales. 

Tres días después, el 21 de julio, y como literalmente consta en el acta capitular “con el fin de normalizar la vida municipal”  se nombra una nueva Comisión Gestora, integrada por los fascistas,  que con el apoyo incondicional de la Guardia Civil y la Falange pusieron en marcha una horrible represión destinada abortar cualquier tipo de resistencia y que consiguió implantar el miedo entre los vecinos del municipio asidonense. 

Los meses que siguieron se convirtieron en una auténtica limpia de personas consideradas contrarias al nuevo orden social que se pretendía imponer. De la Corporación presidida por Ángel Ruiz Enciso, y compuesta por ocho concejales más, fueron detenidos y asesinados además del Alcalde, Manuel Delgado Marchante, Miguel Dávila Mendoza, ambos de Izquierda Republicana, José González Pérez, Alfonso Quintero Jiménez, Socialistas, Francisco Bello Guerrero y Manuel Montero Romero, Sindicalistas  Solo se libraron Juan Alfaro Muñoz y José Suarez Orellana, aunque este último fue encarcelado y sometido a juicio, tal y como relata el en sus Memorias aun inéditas. 

Igualmente miembros de Colectivos asidonenses, como el Sindicato de Albañiles, similares y Oficios Varios, la Agrupación de Obreros Agricultores, y el Consejo Local de Primera Enseñanza y Sindicalistas fueron asesinados en unos casos y en otros detenidos y encausados por rebelión o adhesión. Esas muertes constan anotadas de forma bastante somera en una Libreta que se conserva en el Archivo de la Iglesia Santa María La Mayor de esta Ciudad  y en la que vemos que los asesinatos se producen en dos días de Agosto, el 15 y el 28. Los detalles de estos asesinatos y el miedo que causaron en los asidonenses, quedaron guardados en las familias, vecinos y amigos.  Muchos fueron encausados y juzgados siendo civiles por un tribunal militar que imponía penas injustas de cárcel.

La represión y depuración que se llevó a cabo en los meses y años posteriores estuvo patente en los numerosos despidos, suspensiones de empleos o cargos en la administración municipal, achacando motivos como falta de patriotismo o negligencia al obedecer órdenes o bandos de la autoridad golpista. Igualmente la población civil era vigilada y denunciada al más mínimo indicio de estar en desacuerdo con los golpistas instalados en el poder. 

Los maestros, sobre todo los más cercanos y que convivieron con Ángel Ruiz Enciso, fueron objeto de continuos seguimientos y vigilancia sobre sus posibles afiliaciones políticas y comportamientos sospechosos. Algunos de ellos, se pasaron, sin más opción, al bando de los ganadores. 

Son muchos los testimonios callados que una vez transcurridos los años nos han relatado situaciones totalmente injustas, vejaciones, maltratos y abusos de poder, difíciles de entender en personas de comunión diaria.

 

María José Dávila Cabañas